Siguiendo el excelente trabajo de E. Cerd�, veamos que el nacimiento y desarrollo de la psicolog�a aplicada se hallan estrechamente ligados al desarrollo de la psicolog�a experimental y al de la psicolog�a diferencial. De hecho, la psicolog�a aplicada a�n no es centenaria, puesto que sus antecedentes m�s remotos pueden fijarse en 1840, a�o en el que se publican los trabajos de Weber sobre las relaciones entre los est�mulos y las sensaciones. Fechner, sucesor inmediato de Weber, fue quien primero se plante� el tema de si las ciencias objetivas podr�an aportar a los problemas del conocimiento del hombre un enfoque verdaderamente �til.
Fechner , partiendo de esta nueva orientaci�n, lleg� a establecer una serie de leyes matem�ticas relacionando la intensidad de los est�mulos con las respuestas sensoriales, con lo que el problema derivado de la necesidad de obtener mensuraciones del comportamiento humano pasa a constituir el n�cleo fundamental de los m�todos de la psicolog�a experimental. A ellas nos hemos referido en otros apartados de nuestro trabajo.
En 1879, Wundt mont� en Leipzig el primer laboratorio de psicolog�a experimental, sosteniendo que el estudio de ciertos procesos fisiol�gicos asequibles a la mensuraci�n deb�an hacerse emparejados con el estudio de los procesos mentales que les acompa�aban. Wundt establece as� un puente entre la psicolog�a introspectiva y la psicofisiolog�a, realizando experiencias encaminadas a averiguar las formas en que tienen lugar los procesos de las sensaciones y las percepciones, y sobre las modalidades de relaci�n entre las palabras y las ideas. Comenz� a medir los tiempos de reacci�n en pruebas de complejidad variable, donde intentaba identificar los componentes ps�quicos internos y tambi�n descubrir las leyes que reg�an la din�mica de la psique. Wundt y sus ideas de la psicolog�a dominaron en el �mbito acad�mico, hasta los inicios del 1900, cuando los m�todos introspectivos, y el concepto de estudiar la psique de manera cient�fica, fueron hechos a un lado por ser incapaces de aclarar fen�menos como el del pensamiento sin im�genes. La psicolog�a experimental recibe, de tal suerte, un vigoroso impulso a trav�s de la obra de Wilhelm Wundt.
En esta �poca comenzamos a ver maneras diferentes del pensamiento con el alem�n Hermann Ebbinghaus quien dirigi� una monumental investigaci�n sobre la memoria que implicaba el aprendizaje de largas series de s�labas sin sentido, lo cual sent� un precedente para las generaciones futuras de psic�logos especializados en el aprendizaje. Sin embargo, se comenzaron a hacer experimentos de laboratorio con animales, para intentar dotar a la psicolog�a de un rigor cient�fico.
Su m�s grande continuador fue J. McK. Cattell , profesor de la Universidad de Pensilvania, que estudi� de modo particular los mecanismos de la atenci�n y de la asociaci�n de palabras. Fue quien invent� el taquistoscopio y quien estudi� asimismo las asociaciones de palabras, preparando tablas de frecuencia para todas las respuestas dadas. Es tambi�n Cattell quien por primera vez, en 1890, usa el t�rmino �test mental� y asimismo a quien se deben los primeros trabajos cient�ficos sobre las diferencias individuales que, como es sabido, se pusieron de manifiesto, por primera vez, no precisamente en el campo de la psicolog�a, sino en el mucho m�s antiguo de la astronom�a.
En el a�o 1869, Francis Galton, uno de los m�s eminentes disc�pulos de Darwin, publica Hereditary Genius , en el que, mediante la aplicaci�n del m�todo de las historias familiares, intent� demostrar que la inteligencia se transmite por v�a hereditaria, como ya hemos tenido ocasi�n de comentar. En conexi�n con estos estudios de la herencia humana, Galton, adquiriendo plena conciencia de que para describir los grados de semejanza entre los individuos era necesario establecer algunos m�todos mensurativos, concibe varios tests e instrumentos de medida y, en 1882, inaugura su famoso laboratorio antropom�trico en el South Kensington Museum de Londres, en el que somet�a a los individuos a pruebas de discriminaci�n sensorial, y capacidades motrices y a otras mensuraciones de procesos elementales. Galton fue asimismo uno de los primeros en crear procedimientos matem�ticos sencillos para aplicarlos a los resultados de sus trabajos experimentales. Fueron sus m�s importantes contribuciones la de la curva de distribuci�n normal que lleva su nombre y los trabajos que dedic� al estudio de las correlaciones.
En abril de 1904 el psic�logo ingl�s Charles Spearman publica en el �Americal Journal of Psychology� un trabajo, ya cl�sico en la historia de la psicolog�a, titulado La inteligencia general, determinada y medida objetivamente, en el que, aplicando el m�todo del coeficiente de correlaci�n de Karl Pearson, estudia los factores comunes a varias pruebas, sentando as� las bases del an�lisis factorial, al que nos referiremos con mayor extensi�n en el cap�tulo 9 del presente libro, m�todo con el que posteriormente har�an nuevas aportaciones a la psicolog�a figuras de la talla de C. Burt, L. L. Thurstone o R. B. Cattell.
Al mismo tiempo, en 1905 aparecen en Francia los trabajos de Binet y Simon sobre el estudio experimental de la inteligencia que deb�an de abocar a la elaboraci�n de los primeros tests de desarrollo. Y un a�o m�s tarde, con los estudios de J. M. Lahy sobre las aptitudes para el aprendizaje de la mecanograf�a, nacen los primeros tests de aptitudes.
Es tambi�n en esta �poca cuando comienzan las experiencias sobre procesos de adquisici�n y de aprendizaje, y cuando Frank B. Gilbreth , transfiri�ndolos al sector del trabajo industrial, emprende en 1911 el estudio sistem�tico de los movimientos, siguiendo los trabajos que al respecto hab�a previamente desarrollado F. W. Taylor. Este ingeniero mec�nico y economista estadounidense fue el promotor de la organizaci�n cient�fica del trabajo, habiendo efectuado sus primeras observaciones en la industria del acero, a las que siguieron una serie de estudios anal�ticos sobre tiempos de ejecuci�n y remuneraci�n del trabajo.
Tambi�n en 1911, M�nsterberg , profesor de la Universidad de Harvard, da un impulso importante a las aplicaciones de la psicolog�a a la esfera del trabajo y define la psicotecnia como �la ciencia de la aplicaci�n pr�ctica de la psicolog�a�. Thorndike , a la vez, traslada al campo de la pedagog�a ciertos descubrimientos que �l hab�a hecho en el estudio de la conducta de ciertos animales, elaborando as� sus tres leyes del aprendizaje: ley del ejercitamiento, ley de la conexi�n asociativa y ley del efecto. Se comprueba entonces que la relaci�n est�mulo � respuesta tiene lugar a diferentes niveles del sistema nervioso.
Seg�n E. Cerd�, es, sin embargo, al fil�sofo ruso Pavlov a quien corresponde el m�rito de haber reconocido la intervenci�n del cerebro en la ejecuci�n de ciertos comportamientos necesarios para la conservaci�n de la vida. Esta actividad nerviosa superior se ejerce tambi�n sobre el modelo de los �actos reflejos�, a los cuales dio Pavlov el nombre de �reflejos condicionados�. Esta nueva concepci�n abri� el camino a gran n�mero de investigaciones en el campo de la psico-biolog�a.
Puede verse, a trav�s de los hechos hasta aqu� expuestos, que los psic�logos que hab�an permanecido durante siglos interesados exclusivamente en los datos que les suministraba la introspecci�n, fueron abandonando progresivamente esta actitud, cambiando desde la perspectiva filos�fica �en cuya atm�sfera quedan todav�a psic�logos que se empe�an en seguir intelectualmente viviendo� a la perspectiva objetiva y experimental.
Y si bien es cierto que en su vertiente constructiva la psicolog�a aplicada ha abordado el estudio del psiquismo generalmente mediante los procesos de an�lisis y m�todos de comparaci�n que le han brindado la psicolog�a experimental y la psicolog�a diferencial, con la finalidad de registrar y controlar las manifestaciones y el determinismo de los fen�menos ps�quicos, en cambio, en su faceta aplicada propiamente dicha hemos de considerarla como una actividad cient�fica orientada al estudio de un individuo (sistema individual) o un grupo (sistema colectivo) en particular abstrayendo de ellos unos resultados sint�ticos e individuales en consonancia con la unidad fundamental que constituye cada individuo o cada grupo.
Con posterioridad, la importancia y la relevancia adquirida en nuestros d�as por la Psicolog�a experimental queda fuera de toda duda. De hecho, es en este campo o rama de la Psicolog�a en el que creemos que las propuestas contenidas en nuestro libro pueden revestir mayor inter�s y utilidad.